La audiometría de conducción ósea permite obtener los niveles mínimos de intensidad a los que la persona explorada es capaz de percibir los estímulos acústicos, estimulando directamente el oído interno por el fenómeno de la vibración de líquido y hueso circundante al órgano de Corti.
Para obtener esos niveles mínimos o umbrales de audición primero debemos explicar al paciente y darles las instrucciones para la correcta realización de la prueba. Es importante pedirle que cada vez que oiga un sonido, pulse (si disponemos de un pulsador) o bien que levante la mano, pero que siempre nos indique por qué oído ha escuchado el sonido, esto nos ayudará, a la hora de detectar una posible lateralización del sonido, es decir, que conteste al estímulo sonoro la cóclea del oído mejor.
Ahora se colocará el vibrador óseo en el hueso mastoides asegurándonos que el vibrador esté en contacto totalmente con la piel para evitar que se desplace durante la prueba, y debemos evitar situarlo encima del pelo o que roce con el pabellón auditivo, ya que éste amortigua las vibraciones.
Se comienza estudiando la respuesta del mejor oído. En mi opinión el mejor método es el descendente, ya que tiene ciertas ventajas como el aprendizaje del paciente y el reconocimiento de la señal presentada, pero existe el método ascendente, y es necesario conocer los dos, ya que deben utilizarse según el tipo de paciente. Comenzaremos por la frecuencia 1000Hz, siguiendo a continuación por las frecuencias 2000, 4000, 8000, 500, 250Hz. Si fuera necesario estudiaríamos las frecuencias intermedias de 3000, 6000, y 750Hz.
En el audiograma utilizaremos los símbolos < (en rojo) para el oído derecho y > (en azul) para el oído izquierdo.
Si es necesario enmascararemos el oído contrario en las siguientes situaciones, en el primer caso siempre que la vía ósea de oído difiera de la vía ósea del oído contrario en más de 10dB. Y en el segundo caso cuando la vía ósea del oído mejor y la vía aérea del oído peor difiera en 40dB o más decibelios.
Si enmascaramos, utilizaremos en el audiograma los siguientes símbolos: para el oído derecho [ (en rojo) y para el oído izquierdo ] (en azul).
Es importante realizar la vía ósea para conocer la causa de las posibles alteraciones auditivas de nuestros pacientes. En una hipoacusia neurosensorial, las respuestas por vía aérea y vía ósea están alteradas y descienden juntas. Mientras que en una hipoacusia de conducción, la vía ósea se mantiene a nivel de umbral normal, sin embargo la vía aérea desciende. Y por último la hipoacusia mixta es una combinación de hipoacusia conductiva e hipoacusia neurosensorial, lo que implica que hay daños tanto en el oído externo o medio como en el oído interno.
El objetivo es identificar la relación existente entre las lesiones vestibulares y la presencia de desviación oblicua para comprender su manifestación clínica.
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