El volumen de cirugías de implantación de lente intraocular (LIO) y la diversidad de variables que intervienen en el proceso demandan una revisión extensa de estas variables con el fin de minimizar el número de sorpresas refractivas tras la operación. Para ello, se examinan los métodos de recogida de la información, tales como la longitud axial (AXL), el valor queratométrico de la superficie corneal, o los valores de profundidad de cámara (ACD), sus fuentes de error y la importancia relativa de los mismos. Además, se estudian los casos especiales de pacientes anteriormente tratados de cirugía refractiva, contexto que también puede afectar al cálculo de la potencia de la LIO. Las diferentes opciones para el tratamiento de la información recogida, a través de las fórmulas teóricas de 3ª y 4ª generación como Holladay II o Haigis, son discutidas en especial en su relación con la posible aparición de sorpresas refractivas. En conclusión, se destaca que los factores que más influyen sobre los errores refractivos postoperatorios son, entre otros, la determinación de la posición de la LIO o cálculo de la posición efectiva de la lente (junto con las fórmulas teóricas usadas para ello), y la medida de la AXL. Para minimizar las sorpresas refractivas se propone un procedimiento de actuación recomendado en el proceso pre y postcirugía que incluye, entre otros factores, usar la interferometría óptica para la medida de la AXL siempre que sea posible, pautas para la elección de la fórmula teórica adecuada al paciente y prestar especial atención a edemas u opacidades de cápsula en la graduación postoperatoria.
The amount of intraocular lens (IOL) implantation surgery and the diversity of variables involved in the process require an extensive review of these variables in order to minimize the number of refractive surprises after the operation. To this end, the methods of collecting information, such as the axial length (AXL), the keratometric value of the corneal surface, or the camera depth values (ACD), their sources of error and their relative importance are examined. In addition, special cases of patients previously treated with refractive surgery are studied, a context that can also affect the calculation of IOL potency. The different options for the treatment of the collected information, through the theoretical formulas of 3rd and 4th generation such as Holladay II or Haigis, are especially discussed in relation to the possible appearance of refractive surprises. In conclusion, it is highlighted that the factors that most influence post-operative refractive errors are, among others, the determination of the position of the IOL or calculation of the power of the lens (together with the theoretical formulas used for this), the determination of the post-operative refraction, the measurement of the AXL. In order to minimize refractive surprises, a recommended action procedure is proposed in the pre and post-surgery process that includes, among other factors, the use of optical interferometry for the measurement of the AXL whenever possible, guidelines for choosing the appropriate theoretical formula for the patient and paying special attention to oedemas or capsule opacities in the postoperative graduation.
La salud visual ha evolucionado en distintas dimensiones en los últimos años de forma rápida. Con el avance de la investigación científica en Optometría y Oftalmología y su desarrollo en la industria de la salud visual se ha generado una gran diversidad de metodología, así como de técnicas, instrumentos de medida y materiales. Esta situación requiere de una labor documental, investigadora y formadora en consonancia con este avance.
La cirugía de cristalino con implante de lente intraocular (LIO) es una de las intervenciones más representativas de la evolución de la Oftalmología, no solo por el avance técnico, sino por el alcance de sujetos susceptibles de ser operados. El perfil del potencial paciente de la cirugía de LIO se ve ampliado a un público de mediana edad con problemas visuales, afectado o no de cataratas. Las personas con insatisfacciones visuales son cada vez más conscientes de que las cirugías con implante de LIO pueden mejorar su calidad visual. Además, el potencial paciente demanda unos resultados satisfactorios con lo que es necesario prestar cada vez más atención a aquellos factores que pueden generar ametropía y disconformidad en los pacientes.
Varios de los factores que generan sorpresas refractivas en las intervenciones de implantación de LIO son conocidos. Con una adecuada planificación y un control exhaustivo pueden controlarse y evitarse en un alto porcentaje de los casos.
El presente trabajo pretende examinar y analizar las causas que pueden producir sorpresas refractivas. Una sorpresa refractiva es un resultado postquirúrgico no esperado con una desviación de la graduación de ± 0,58 D de la emetropía Garzón, Muñoz y Poyales (2008). Además, se caracteriza por producir fatiga o insatisfacción visual.
Por tanto, el objetivo final es conocer, clasificar y describir los factores más frecuentes que pueden generar sorpresas refractivas. De esta forma, se pretende conseguir una mayor precisión a la hora de calcular la potencia de la LIO que se implantará. Para ello, se proponen pautas para la recogida de los valores biométricos, para los cálculos teóricos y la elección final de la potencia de la lente.
Se prestará especial atención a la graduación postoperatoria, puesto que puede confundirse un defecto transitorio o al margen de la operación con una sorpresa refractiva.
La metodología empleada en el presente trabajo tiene su base en la utilizada en cada uno de los trabajos revisados que constituyen las fuentes de éste. Por tanto, hay diversidad de parámetros estadísticos tales como número de sujetos de la población o pertenencia a diferentes grupos. Asimismo, se emplean un surtido de técnicas e instrumentos que varían entre estudios, y un tratamiento estadístico de las variables adecuado a cada caso.
Lejos de suponer una incoherencia en el análisis de los datos, la diversidad de fuentes y metodologías enriquece las conclusiones de este trabajo. Además, esta información ha sido procesada, filtrada y evaluada desde mi punto de vista, basándome en mi experiencia profesional como personal dentro del sector de la salud visual.
Se analizarán tres tipos de factores con mayor incidencia que pueden producir sorpresas refractivas: los factores fisiológicos, las fórmulas teóricas y características de la lente y el efecto de anteriores cirugías refractivas corneales.
La longitud axial (AXL) es la distancia desde el polo anterior hasta el polo posterior del ojo. Es considerada como el valor más influyente a la hora de calcular la potencia de la LIO. Los valores de normalidad para la AXL de un emétrope se estiman sobre los 24 mm. Obtener valores muy por encima o muy por debajo de esta medida, o muy dispares entre ambos ojos, han de poder respaldarse con los valores obtenidos en la refracción. En el mismo sentido, la agudeza visual obtenida durante el examen refractivo descartará posibles ambliopías o patologías en los casos de disparidad.
Para obtener el valor de la AXL utilizaremos los biómetros. Existen diferentes tipos de biómetros que medirán con mayor o menor precisión dependiendo de las características fisiológicas del paciente.
Se caracteriza por ser una técnica inocua, que utiliza las ondas sonoras de alta frecuencia para calcular las dimensiones oculares.
La toma de la medida es automática, pero en pacientes con mala fijación, o alteraciones oculares que dificultan la medida, permite tomar los datos manualmente, pudiendo variar diferentes parámetros.
El biómetro, nos permite programar una velocidad media de proyección del haz ultrasónico. Como se mostrará en el apartado de resultados es importante elegir la velocidad adecuada en cada caso, dado que de lo contrario puede producir errores importantes en la medición de la AXL.
La biometría ultrasónica puede ser de dos tipos:
Es una medida automática y no invasiva. Se utiliza principalmente para medir los valores anatómicos del ojo mediante luz láser infrarroja. El biómetro presenta un estímulo de fijación para asegurar que la AXL medida corresponde al eje visual. Se caracteriza por ser rápida y precisa, siempre que el paciente pueda mantener la fijación sobre el estímulo. Si el paciente no es capaz de mantener la fijación se producen errores en la medida. Puede realizarse la prueba con gafas para mejorar la fijación (Garzón et al, 2008).
Se denomina queratometría a la medida de la curvatura o la potencia de la córnea en los diferentes meridianos. La queratometría se tomará mediante queratómetros o topógrafos corneales, muy útiles para cuantificar los astigmatismos topográficos de la córnea. Los queratómetros más modernos pueden tomar diferentes muestras de diámetro variable para evaluar desde la superficie más periférica a la más central. Esta información puede ser muy útil para ojos operados de cirugía refractiva o para patologías corneales ya que pueden presentar variación de estos valores en función del radio seleccionado. Para el cálculo de la potencia de la LIO se utilizarán los valores queratométricos obtenidos dentro de los 3 mm centrales de córnea (zona óptica central) y se trabajará con las medidas de potencia corneal.
La profundidad de la cámara anterior (ACD, del inglés anterior chamber depth), mide desde la cara anterior de la córnea hasta la parte anterior del cristalino. Es interesante conocer su valor puesto que está relacionada con la posición efectiva de la lente (ELP, del inglés, effective lens position) es decir, la posición donde se situará la LIO tras implantarla.
Se puede realizar una medición de la profundidad de la cámara anterior mediante topografía corneal, tomografía de coherencia óptica y biometría ultrasónica.
La siguiente expresión permite calcular su valor:
ACD (epitelial) = espesor de la córnea + ACD (endotelial)
El valor del espesor de la córnea se mide mediante paquimetría.
En la cirugía de LIO, es necesario realizar incisiones para acceder al cristalino e introducir la lente. La incisión del cirujano varía en mayor o menor medida el resultado de la refracción astigmática postcirugía. Por lo tanto, ha de ser otro factor a tener en cuenta cuando se calcule el valor de la LIO.
Las fórmulas biométricas son el principal método para calcular la potencia de la LIO a colocar. Uno de los principales objetivos de las fórmulas es la predicción de la posición de la lente intraocular para después poder calcular con mayor precisión su potencia exacta, la ELP. Desde las primeras fórmulas, llamadas fórmulas de primera generación que surgieron en el 1967, hasta el día de hoy, han evolucionado hasta la cuarta generación de fórmulas. Esta evolución se debe principalmente a la incorporación progresiva de nuevos parámetros oculares en las ecuaciones. Actualmente se suelen utilizar las fórmulas de 3º y 4º generación dependiendo de las características biométricas de cada paciente.
Las fórmulas de 3º generación incorporaron la queratometría a la longitud axial para el cálculo de la ELP. Las más conocidas son:
Las fórmulas de 4º generación se caracterizan principalmente por utilizar la ACD y el grosor del cristalino dentro de sus fórmulas.
Según Garzón et al. (2008) las más utilizadas son:
Las constantes son unos valores concretos que deben incorporarse a las fórmulas. Aportan una información indirecta, aseguran la efectividad y la capacidad de predicción de las fórmulas utilizadas para el cálculo de la ELP. Se caracterizan por ser valores diferentes para cada modelo de lente intraocular. Los fabricantes de las lentes intraoculares proporcionan el valor de dichas constantes de acuerdo a estudios internos realizados con pacientes.
El valor de la constante varía dependiendo de la fórmula que se vaya a utilizar. Para ello, antes se facilitarán varias ecuaciones de transformación entre las constantes que se encuentran recogidas a continuación:
La aplicación de una constante equivocada, induce un error significativo de cálculo. (Haigis W., 2002)
Las constantes de las fórmulas dependen de la ELP, de la morfología óptica, de las características, la angulación háptica y la técnica quirúrgica empleada. Existen tres tipos distintos de constantes: la constante A, la constante ACD y el factor quirúrgico SF y las constantes de la fórmula Haigis, la a0, a1 y a2.
Las LIO tóricas son lentes que además de corregir la graduación esférica, colocadas en el ángulo correcto, corrigen el astigmatismo.
Algunas sorpresas refractivas observadas en pacientes con LIO tóricas pueden estar inducidas por una mala colocación de la lente. Sin embargo, se pueden resolver o minimizar girando la LIO.
Podremos mejorar la refracción final girando la LIO si:
No podremos girar la lente para mejorar la refracción final:
Para corregir la graduación postcirugía es necesario determinar el ángulo que se ha de girar la LIO (en grados) y en qué dirección debe realizarse. La dirección del giro se decidirá según el método de los cilindros cruzados. Según (Tamez-Peña, Nava-García, Zaldívar-Orta, & Lozano-Ramírez, 2015) , se moverá la LIO hacia el eje del signo que determine el método. Para el cálculo del valor de los grados que requiere ser girada la LIO, se hará uso de recalculadores online. En las referencias se propone uno de ellos, que requiere de registro gratuito. (Innova Ocular IOA, 2018)
Las cirugías refractivas son intervenciones oculares realizadas para corregir los errores refractivos. Se caracteriza por alterar los parámetros centrales de la córnea. Los métodos habituales de medida pueden sobre o infravalorar las mediciones, y alterar el cálculo de las biometrías. Los mayores problemas se encuentran a la hora de medir la queratometría del paciente, recopilar la historia refractiva, y la fiabilidad o la inestabilidad de la graduación.
Es una cirugía refractiva que sirve para eliminar los defectos tanto miópicos, hipermetrópicos como astigmáticos. Con un láser Excimer (láser ultravioleta) se realiza una ablación que modifica la curvatura corneal, corrigiendo así la graduación.
Se caracteriza por variar la cara anterior de la córnea, sin variar la posterior, rompiendo así la relación fisiológica entre los radios anterior y posterior de ésta. Dado que el queratómetro basa su medida en la existencia de esa relación fisiológica entre las curvaturas anterior y posterior, el instrumento proporcionará valores de queratometría erróneos. Como se ha observado en anteriores apartados, estos valores se utilizan para calcular la potencia de la LIO, por lo que su variación por parte de anteriores cirugías refractivas puede generar sorpresas refractivas.
Si no se tienen en cuenta estas variaciones en las medidas recogidas que afectan al cálculo de la LIO, tenderá a producir en los pacientes previamente miopes hipermetropía y en los previamente hipermétropes miopía.
Existen dos tipos de tecnologías láser:
Para solucionar los problemas derivados por los factores anteriores de pacientes que tienen realizadas cirugías refractivas con anterioridad se propone una adaptación de las fórmulas de cálculo de potencia de la LIO. Las fórmulas más recomendadas en este escenario son:
Es una cirugía refractiva en desuso que se caracteriza por realizar unos cortes radiales en la córnea para variar su curvatura y corregir así la graduación. Se actúa tanto la cara anterior como la posterior de la córnea, de forma que se mantiene la relación entre ambas (se deforman en paralelo). El índice de refracción efectivo de la córnea no se altera sustancialmente.
Suele generar fluctuaciones e irregularidades en los astigmatismos corneales debido a una baja estabilidad corneal.
La fórmula recomendada en estos casos será la Haigis, con un objetivo refractivo de una esfera equivalente a 0,5 D. (Alio, Abdelghany, Abdou, & Maldonado, 2016) . La refracción postquirúrgica no será fiable hasta las 6 o 12 semanas después de la cirugía.
Análogamente a lo expuesto en el apartado de metodología, los resultados que se mostrarán a continuación son fruto de diversas investigaciones, trabajos y casos clínicos analizados.
La medición de AXL es considerada por múltiples estudios, por ejemplo, el de Sygehus V et al., como uno de los factores más influyentes (54% del error) para el correcto cálculo de la lente intraocular final. (Sygehus, 1992)
Por ejemplo, en el estudio de Norrby (2008), muestran que el error de la medición de la AXL se sitúa entre las tres primeras causas de error, en concreto con una estimación de contribución al error del 17 %, en ojos de dimensiones en la media.
El biómetro ultrasónico es un dispositivo de medida de la AXL a través de ondas ultrasónicas. Dado que la AXL es una de las causas principales de error, es necesario ser rigurosos con su configuración. El biómetro permite programar una velocidad media de proyección del haz ultrasónico. Es importante elegir la velocidad adecuada en cada caso en función de las características del paciente:
Dentro de las biometrías ultrasónicas existen dos tipos:
La biometría de inmersión, se considera una medida más precisa, pero más lenta y complicada de realizar. Es recomendable para pacientes con longitudes axiales menores de 22 mm, blefaroespasmos o fijación deficiente.
La biometría de contacto se considera más rápida pero más imprecisa, y requiere anestesia tópica. La presión ejercida puede aplanar la superficie corneal, y disminuir el valor de la medida de la longitud axial mecánicamente, disminuyendo el valor del espesor corneal y la cámara anterior.
Según algunos estudios Garzón et al. (2008) se observan diferencias entre 0,14 y 0,36 mm en los valores obtenidos por biometrías de contacto y de ultrasonido.
Es recomendable repetir la medición para:
Otra de las herramientas con las que podemos medir la AXL, en alternativa al biómetro ultrasónico, es la interferometría óptica. Es una herramienta más moderna y más fácil de utilizar que el biómetro ultrasónico.
No mide en medios muy opacificados ya sean hemorragias vítreas, leucomas corneales o cataratas subcapsulares posteriores. Sin embargo, para estafilomas posteriores u ojos vitrectomizados con aceite de silicona, es la mejor opción para medir la AXL. En ojos pseudofáquicos, para calcular un segundo implante, puede provocar una medida errónea de hasta 4.00 mm.
En los casos en los que no exista ninguna limitación como, por ejemplo, medios muy opacificados o mala colaboración del paciente, los resultados muestran que no hay diferencias significativas entre la medida de la AXL del IOL Master (interferometría óptica) y el biómetro de ultrasonografía de inmersión por Móntes-Micó en la medición de la AXL del ojo. (Móntes-Micó, Carones, & Buttacchio, 2011; Villanueva-Pérez, 2009)
La mayoría de las fórmulas teóricas para el cálculo de la potencia de la LIO incluyen como variables los valores queratométricos. Los valores de normalidad queratométricos son aproximadamente de 43 D para un ojo emétrope.
Poniendo la atención en las principales causas de error en la toma de los valores queratométricos dada su afectación al cálculo en las fórmulas se pueden identificar los siguientes factores:
Según Villanueva et al., (2009) la diferencia de las medidas de la amplitud de cámara posterior tomadas por OCT (Optical Coherence Tomography) y por UBM (Ultrabiomicroscopía) es pequeña y se obtienen valores muy similares y repetibles. Sin embargo, en el topógrafo Orbscan se obtienen valores menores y menor tasa de repetibilidad. Por ello será recomendable utilizar OCT o UBM si lo tenemos a nuestra disposición.
No obstante, un valor normal de ACD es 3,37 ± 0,36 mm, y el error de medición medio es de 0,12 mm que se transforma en errores de 0,06 D de la potencia de la LIO. (Patel & Pandit, 2012) Por tanto, se puede afirmar que esta medición afecta mínimamente al cálculo final de la lente intraocular.
En cuanto a la incidencia de la incisión sobre los resultados refractivos después de la operación se aprecia mayor variación de astigmatismo inducido en ojos con cilindros menores de 1,5 D antes de la operación.
Se puede estimar, que una incisión horizontal (180º) influirá aproximadamente + 0,25 D, frente a una incisión oblicua (45º o 135º) + 0,35 D o una superior (90º) + 0,50 D. Estos valores pueden ser mayores cuanto más lejos se realice la incisión del limbo esclerocorneal, o la córnea sea más pequeña.
El comportamiento predictivo es similar en todas, excepto para valores muy altos o muy bajos de AXL. Es en estos casos donde se acumula un error potencial mayor. Según Prado et al., (2009) las fórmulas recomendadas en función del valor de AXL son las siguientes:
La siguiente tabla recopila las fórmulas recomendadas en cada caso:
El valor de la constante viene proporcionado por el fabricante en función del cálculo obtenido de los resultados refractivos recogidos en ensayos clínicos propios y de extrapolar valores de lentes ya existentes con características similares. Estas constantes se caracterizan por proporcionar un valor promedio que se adapta correctamente a la media de la población, pero para valores biométricos extremos pueden arrojar valores inexactos. Por ello es necesario personalizar los valores de la constante de la lente intraocular, mejorando así la precisión refractiva de las fórmulas. Así se evitarán errores de cálculo del fabricante o malas calibraciones instrumentales. Se busca la optimización de la constante individualizándola y personalizándola, rompiendo así las relaciones estándar. (MESA, 2005)
Al utilizar constantes de LIO optimizadas, se producirá un error de predicción media tendente a cero para el resto de fórmula. Al obtener una constante optimizada para una fórmula, mediante las relaciones entre constantes optimizadas (ecuaciones de transformación entre fórmulas) se podrá obtener el resto de constantes para las fórmulas que se deseen.
En la siguiente figura se especifican las constantes de cada fórmula, así como las ecuaciones para transformar las constantes de una fórmula en las de cualquier otra.
Las mayores sorpresas refractivas observadas en pacientes que previamente se han sometido a una cirugía refractiva según diversos estudios suelen provenir:
Es conveniente aclarar que los edemas corneales postquirúrgicos de cataratas pueden generar falsas miopías que desaparecen al resolverse el edema.
El principal valor biométrico que se ve alterado tras una cirugía refractiva es indiscutiblemente la queratometría, y en menor medida el índice de refracción. En muchas de estas fórmulas, la queratometría se convierte en un factor dominante llegando a inducir incluso en miopes de -10 D errores de hasta +2,4 D de hipermetropía. (Haigis, 2012).
Nuestro objetivo por tanto debe centrarse en obtener una queratometría corregida. Este valor suele denominarse K-postcirugía. La alternativa sería utilizar una fórmula que no requiera de la queratometría para la obtención de ELP. Elegiremos entre las opciones posibles en función de la información inicial de la que dispongamos.
Si contamos con la historia clínica del paciente o conoce la graduación que se corrigió podemos calcular la queratometría precirugía. Utilizaremos el método de la Doble K de Aramberri que se caracteriza por utilizar la queratometría prequirúrgica para la predicción de la ELP, y la postoperatoria para el cálculo de la potencia de la LIO, utilizando la fórmula SRK/T en el caso de pacientes exmiopes o la Hoffer – Q en pacientes exhipermétropes.
En caso de no disponer de la información prequirúrgica podremos estimar el valor de la lente mediante diversos métodos, de los que se han seleccionado los más utilizados. (Sygehus, 1992).
Kpostcorregida= 1,14 * Kpost – 6,8
Donde K postcorregida es el objetivo a calcular y Kpost es la queratometría postoperatoria medida realmente con el queratómetro.
Proporción Ant/Post= 1,257 + 0,032 x dioptrías corregidas en córnea
Esta fórmula permite calcularla partir de un radio de curvatura anterior obtenido por topografía o queratometría, el radio de la cara posterior y a continuación la potencia total de la córnea.
A continuación, se trata de realizar una recopilación e interpretación de la información concluyente procesada en los apartados anteriores sobre los factores que puedan generar sorpresas refractivas.
La AXL es considerada uno de los factores biométricos más influyentes al calcular la potencia de LIO. Se muestran diferentes tipos de biómetros, desde los ópticos a los de ultrasonido. Tras observar el manejo y la precisión de medida que aportan cada uno de ellos se podría plantear como mejor opción el óptico por su facilidad de uso y su precisa medida en el eje visual. Para pacientes con deficiencia de fijación o patologías que falseen los resultados, recomendamos la medida ultrasónica por inmersión ya que, aunque la toma de medidas sea más compleja, los valores obtenidos están más libres de errores que puedan falsear la toma. Los valores obtenidos se tomarán como valores veraces si cumplen las siguientes premisas:
La queratometría es otra medida utilizada para el cálculo de la LIO ya que nos aporta la mayor parte del poder dióptrico del ojo. Los pacientes operados de cirugía refractiva o que presenten una patología corneal, pueden presentar valores irregulares. Como método de medida las topografías computerizadas realizan un mapeo más preciso de la superficie de la córnea que los queratómetros iniciales. Un topógrafo computerizado es imprescindible para valorar córneas irregulares. Aparte de las patologías o intervenciones quirúrgicas existen otras circunstancias por las que el valor tomado pueda no ser fiable como:
Los posibles errores de medida de la ACD producen una afectación mínima al cálculo final de la lente intraocular, por cada 0,12 mm equivalen a 0,06 D finales.
La cicatriz incisional durante la cirugía de cataratas inducirá menores astigmatismos postquirúrgicos cuanto más esclerocorneal y/o mayor valor astigmático presente la córnea. Este dato puede ser utilizado a conveniencia del cirujano para programar la posición de la incisión y contrarrestar parcialmente los valores iniciales de astigmatismos, incidiendo por el eje contralateral del astigmatismo.
La elección de la fórmula teórica más adecuada para cada paciente es otro de los factores más importantes a la hora de intentar minimizar al máximo las sorpresas refractivas. En primera instancia, elegiremos las fórmulas a aplicar según los valores obtenidos en la longitud axial del ojo. Para los pacientes anteriormente operados con cirugía refractiva, es recomendable utilizar las fórmulas de Haigis L Miope / Hipermétrope o la de Shammas.
Para cada paciente, al menos, existirán un par de fórmulas que simultáneamente podremos aplicar. Será muy recomendable comparar los valores que estas nos proporcionan. Aunque indiscutiblemente en pocas ocasiones nos recomendarán valores exactamente iguales, estos han de ser similares.
En adición a lo anterior, optimizar los valores de las constantes en función de nuestras características propias es un proceso muy laborioso pero muy útil que potencia significativamente la eficacia de las fórmulas del cálculo de las lentes intraoculares.
En definitiva, se observa que el número de factores que pueden producir sorpresas refractivas es múltiple y en muchas ocasiones difícilmente manejable. Sin embargo, a lo largo de este apartado se han establecido las importancias relativas de las diferentes fuentes de error, por lo que tiene sentido centrarse en las causas que contribuyen en mayor medida a este error. Así mismo, se han propuesto diversas recomendaciones basadas en estudios sobre la elección, uso y configuración de las diferentes herramientas, métodos y fórmulas. Para unificar y normalizar estas indicaciones dispersas en el apartado se propone un protocolo que sistematiza, dentro de lo posible, todos los pasos necesarios a seguir para calcular la potencia final de la lente y el seguimiento postoperatorio. Un protocolo como el propuesto, puede evitar descuidos, errores metodológicos y decisiones poco acertadas por lo que pretende minimizar las sorpresas refractivas.
Elegir según las condiciones de cada paciente el instrumento que más se adapte a sus necesidades y obtengan valores más precisos.
Durante la toma de datos, como norma común a todas las medidas biométricas es imprescindible analizar en conjunto las medidas de ambos ojos, para que concuerden entre sí. La disparidad de los datos debe ser respaldada por el historial del paciente o por el valor refractivo y las agudezas visuales obtenidas.
Las fórmulas teóricas seleccionadas han de arrojar valores similares entre sí.
Una posible ampliación de este trabajo consistiría en someter a prueba la aplicación del protocolo de actuación. Para ello, un grupo de optometristas lo conocerían y aplicarían mientras que un grupo de contraste seguiría ejerciendo su labor como de costumbre. Si se dispone de histórico, podrían también contrastarse los resultados de los seguimientos postoperatorios anteriores a la utilización el protocolo, para un mismo optometrista. En todo caso, tras un análisis estadístico, podría determinarse si existen diferencias estadísticamente significativas entre el resultado refractivo final entre la muestra en las que se aplicó el protocolo y en la que no fue. De ser así, podría concluirse que es conveniente el conocimiento y la aplicación del protocolo de actuación.
La cirugía de implantación de lente intraocular es una de las intervenciones más realizadas en número en el campo de la Oftalmología. La creciente demanda de cirugías de implantaciones de LIO unida a los exigentes resultados requeridos en la actualidad requiere de un control exhaustivo en cada uno de los pasos que conforman el proceso de intervención, incluyendo el procedimiento de revisión postcirugía.
Por esta razón, este trabajo se ha orientado hacia determinar los factores que más influyen en posibles defectos refractivos en este tipo de intervención, con el fin de minimizar su impacto sobre la satisfacción final del paciente. En su desarrollo, se ha observado que, si bien son múltiples las variables este sentido, algunos de los más críticos son el cálculo de la potencia de la lente, la medición de la AXL o la correcta graduación postcirugía.
Reducir el error por factor humano o intentar simplificar la toma de decisiones y de criterios ha sido uno de los objetivos de este trabajo. Para lograrlo, se ha propuesto un protocolo de actuación que propone pautas para la recogida de los valores biométricos, para los cálculos teóricos y la elección final de la potencia de la lente. En el mismo se contemplan situaciones especiales o anómalas, tales como una AXL dispar, no justificada por una anisometropía, o lejos de la media, o antecedentes de cirugía refractiva en pacientes. Se destaca la relevancia de la graduación postoperatoria, también con sus respectivos casos particulares, puesto que este proceso puede suponer una fuente de error al confundirse un defecto transitorio o al margen de la operación con una sorpresa refractiva. En definitiva, se espera que la aplicación del protocolo de actuación consiga minimizar el número y la magnitud de sorpresas refractivas.
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Leer más »Autor: Joaquín Vidal López
ISBN: 9788494476006
Páginas: 190
El Manual de Terapia Visual que presentamos es una guía ideal para todos aquellos especialistas de la Salud Visual que deseen conocer las distintas técnicas que pueden utilizar para tratar las disfunciones de la acomodación ocular, la binocularidad y la motilidad ocular en general desde una perspectiva multidisciplinar.
A lo largo de este Manual veremos qué entendemos por terapia visual, también llamada entrenamientos visuales u ortóptica, su evolución histórica, las características personales que pueden afectar al éxito de esta terapia y los conceptos fundamentales que hay que tener en cuenta al aplicar cualquier programa de terapia visual. También se describirán los aspectos fundamentales a tener en cuenta para desarrollar con éxito un programa de terapia visual y cómo debe ser la atención que proporcionemos a los pacientes que requieran de este servicio profesional.
Por último, se describirán los procedimientos de evaluación y tratamiento de la ambliopía, el estrabismo, las disfunciones oculomotoras, las disfunciones de la acomodación ocular y las disfunciones binoculares, poniendo en cada capítulo el foco de atención en los ejercicios que podremos llevar a cabo en cada caso y en las modificaciones que podremos introducir para aumentar o reducir el nivel de dificultad de las tareas.
Se trata de una obra de consulta fundamental para todos los ópticos, optometristas, médicos o especialistas de la salud visual en general que desean conocer en qué consisten estas técnicas, su fundamento teórico y especialmente, sus posibilidades de aplicación a la práctica profesional.