La degeneración marginal pelúcida (DMP) es una enfermedad degenerativa de la córnea que produce adelgazamiento del estroma periférico e inferior en la mayoría de los casos, acompañado de un encorvamiento de la córnea inmediatamente superior al área adelgazada. Esta deformación provoca la aparición de un elevado astigmatismo contra la regla que va degradando la calidad visual del paciente.
La DMP es habitualmente confundida con la ectasia corneal más común: el queratocono.
Entre los signos biomicroscópicos distintivos del queratocono hallamos: anillo de Fleischer, estrías de Vogt, infiltración corneal o vascularización. Habitualmente se reconoce un cono con claridad y puede haber depósitos lipídicos.
En estado avanzados están presentes el signo de Munson (el párpado inferior se deforma con apariencia de V en mirada inferior) y el fenómeno de Rizzutti (estrechamiento de un haz luminoso cuando es proyectado lateralmente sobre la córnea).
La DMP no muestra ninguno de los signos anteriores. Es importante prestar atención a la edad de aparición de la ectasia ya que el queratocono suele aparecer en la segunda década de vida, mientras que la DMP en la tercera o cuarta.
Diferencias biomicroscópicas entre queratocono y DMP | ||
Signo | Queratocono | DMP |
Localización del área de adelgazamiento | Central o inferior al eje visual | Banda periférica a 1,5 mm del limbo inferior |
Espesor corneal central | Reducido comparado con lo normal. | Normalmente en la media |
Anillo de Fleischer | Presente alrededor de la base del cono | Ausente |
Cicatrización en córnea apical | Presente en casos moderados y avanzados | Ausente |
Fenómeno de Rizutti | Presente en casos moderados y avanzados | Ausente |
Signo de Munson | Presente en casos moderados y avanzados | Ausente |
En casos moderados, la distinción es relativamente sencilla mediante un examen de biomicroscopía, debido a la localización clásica de la región de adelgazamiento corneal. Sin embargo, en casos tempranos y severos puede ser difícil. Un diagnóstico diferencial entre DMP y queratocono es importante, dado que la evolución y el manejo puede variar entre las dos condiciones. En estos casos, la herramienta más útil será la topografía corneal.
La topografía corneal juega un papel fundamental en el diagnóstico de DMP. El patrón de curvatura que se halla con más frecuencia es el patrón en pinza de cangrejo (78%), seguido del patrón de encorvamiento inferior (18%).
El patrón topográfico en “pinza de cangrejo” puede observarse también en queratoconos periféricos, por lo tanto, este tipo de apariencia no es diagnóstica de DMP. Es importante aprender a distinguir ambos procesos.
Actualmente, para la realización de estudios de DMP se exigen un mínimo de requisitos como son:
Es por ello que los sistemas topográficos de elevación son básicos en el estudio de la DMP.
Para la distinción de ambas enfermedades será necesaria la topografía de elevación, para determinar la posición del área adelgazada con respecto al área de protrusión. En el queratocono estas áreas son coincidentes mientras que en DMP no es así, ya que el área de mayor curvatura se encuentra encima del área más adelgazada.
Existen además ciertos índices que ayudan al diagnóstico diferencial, como son la asfericidad corneal, la excentricidad de los cuadrantes corneales o el equivalente esférico.
Aquí se presentan unos ejemplos de mapas topográficos:
El manejo de la DMP incluye tratamientos quirúrgicos y ópticos, siendo estos últimos los más empleados por ser menos invasivos y proporcionar una mejora de la agudeza visual suficiente en la mayoría de los casos.
Cuando se trata de un caso incipiente de DMP la corrección empleada suele ser la gafa y la lente de contacto blanda tórica. A medida que el astigmatismo se incrementa, al avanzar la ectasia; la mejor opción de tratamiento son las lentes de contacto rígidas permeables al gas de gran diámetro, lentes de contacto híbridas y lentes de contacto esclerales.
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Leer más »Autor: Joaquín Vidal López
ISBN: 9788494476006
Páginas: 190
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