Se dan dos tipos de acúfenos:
- Acúfeno objetivo: Su causa es orgánica, somática; es debido a una causa objetiva que lo provoca. Se origina en alguna zona del cuerpo, un ejemplo claro puede ser el riego sanguíneo. Un examinador puede ser capaz de oírlo, es decir, no es solo percibido por el paciente. Son poco comunes, representando menos del 5% de los casos. Cabe destacar que este tipo de acúfeno no podemos abordarlo con terapia, su tratamiento es mayoritariamente quirúrgico.
- Acúfeno subjetivo: Ruido o zumbido interno sin causa externa. Su origen no es somático, solo la persona que lo padece lo puede percibir. Este tipo de acúfeno se encuentra en un 95% de los casos y son indetectables, si no fuera por las informaciones del propio paciente. A diferencia del acúfeno objetivo, este tipo de acúfeno sí podemos abordarlo con terapia.
A lo largo del tiempo, la gran cantidad de posibles causas de los acúfenos han generado una gran variedad de métodos para su tratamiento. Actualmente, para el abordaje del acúfeno, se utilizan un total de cuatro terapias combinadas, las cuales aparecen enumeradas y detalladas a continuación:
- Terapia de Reentrenamiento del Tinnitus
- Terapia Sonora Secuencial
- Tratamiento Neuromonics Tinnitus
- Terapia Zen
- Terapia de Reentrenamiento el Tinnitus: se trata de una terapia que combina la instrucción, el asesoramiento y la estimulación auditiva que inicia y facilita la habituación de la percepción de los acúfenos. Según este modelo neurofisiológico, hay unos desencadenantes o situaciones específicas que crean la señal del acúfeno. El aspecto del asesoramiento de esta terapia está diseñado para educar al paciente de modo que el sistema límbico no interprete al acúfeno como una amenaza. El objetivo es adoptar un patrón para que el cerebro quite importancia a los acúfenos.
Con el asesoramiento instruccional (directivo) se usa la terapia de sonido de baja intensidad. Para reducir el contraste entre el acúfeno y el silencio y para disminuir la probabilidad de que el sistema nervioso central intente sobre compensar la pobre estimulación auditiva, el silencio debería ser evitado. Pueden usarse distintos métodos para proporcionar estimulaciones acústicas. Si el paciente padece de pérdida de audición, los audífonos pueden ser de gran ayuda. Si la audición del paciente no requiere de la utilización de amplificación, un generador de ruido de banda ancha en el oído a trasvés de una adaptación abierta puede facilitar la habituación.
La TRT hace especial énfasis en que este sonido no tiene que ser utilizado como un enmascarador para cubrir totalmente la percepción del acúfeno.
Requiere de 18 a 24 meses con una participación poco activa y no aborda los problemas emocionales (a pesar del hecho de que hay un 40% de pacientes con acúfenos que sufren ansiedad o depresión) o estrategias para aprender a hacer frente a los acúfenos.
- TSS: Terapia Sonora Secuencial: mejora sustancialmente los beneficios del tratamiento con sonidos. La aplicación del tratamiento con sonido se realiza de forma secuencial en tres pasos: 1- enmascaramiento puro o total (ruido blanco más intenso que el acúfeno) 2- enmascaramiento límite (ruido blanco igual de intenso que el acúfeno 3- enmascaramiento parcial (ruido blanco inferior al acúfeno). Esta terapia solo es válida para pacientes con acúfenos de tonos puros.
- NTT: Tratamiento Neuromonics Tinnitus: utilizando un dispositivo mp3 y auriculares de gran calidad, se mezcla música suave y relajante de amplitud variable elegida según sus características de amplitud y tempo y filtrada acorde con los umbrales de audición del paciente. El procesador de sonido ofrece música de fondo, mezclada con sonidos blancos y filtrados a altas frecuencias (12500Hz). La música grabada es presentada al paciente a un nivel relativamente suave de intensidad (diseñado solamente para interferir solamente en la percepción del acúfeno) y para escucharla pasivamente (en oposición a la escucha activa) de 2 a 4 horas al día para inducir a la relajación y desensibilización en un periodo de 6 meses. El ruido blanco de fondo que es utilizado para enmascarar el acúfeno durante los intervalos de silencio de la música, se utiliza durante el primer par de meses y luego se elimina. Esta terapia no proporciona amplificación que puede resultar importante para los pacientes con acúfenos que también tienen pérdida de audición.
- Terapia Zen: Terapia en la que nos basaremos en este proyecto.
Proporciona tres aspectos principales los cuales difieren de las distintas terapias anteriormente señaladas: tiene en cuenta las emociones y los problemas derivados de los acúfenos (estrés, problemas de sueño…), hace uso de la tecnología fractal y no busca enmascarar el acúfeno sino generar una habituación al mismo.
Su objetivo no es curar el acúfeno sino hacer frente a todos los componentes del mismo que producen angustia, tales como:
– Iniciar y facilitar la habituación del acúfeno ayudando al cerebro (particularmente al sistema límbico), reclasificando al acúfeno como una señal no sonora (no importante) que puede ser una consecuencia natural del mecanismo de audición (esta explicación solo se aplica a los pacientes con pérdida de audición).
– Proporcionar la mejor tecnología en la amplificación y la percepción de los tonos fractales para estimular el cerebro, permitiéndolo no sobre compensar.
– Relajación usando música, clínicamente probada, combinada con ejercicios de relajación para reducir el estrés.
Está ampliamente aceptada, por parte de las distintas corrientes terapéuticas, la idea de que los acúfenos están relacionados con la pérdida de audición, con las emociones negativas y con el estrés. Es importante el abordaje de todos estos problemas, por este motivo la terapia Zen incorpora: asesoramiento, amplificación, tonos fractales y estrategias de relajación.
– Asesoramiento: tanto instruccional como basado en el ajuste, centrado en la educación del paciente y en ayudar al sistema límbico a alterar las interpretaciones negativas de los acúfenos a través de intervenciones cognitivas y de comportamiento.
– Amplificación: para estimular los oídos y el cerebro con el objetivo de minimizar el incremento de la actividad central (sobrecompensación) y la mala reorganización cortical.
– Tonos fractales: generación de los estímulos acústicos entregados dicóticamente, de una manera discreta. Está diseñado para relajar y proporcionar estimulaciones acústicas.
– Estrategias de relajación: programa basado en técnicas tanto de relajación corporal como para mejorar la calidad del sueño.
La terapia Zen responde a un programa integrado destinado a todos los componentes de los problemas de los acúfenos: la atención, la audición y la emoción.
Para determinar qué componentes de la terapia Zen son apropiados para cada paciente, es necesario empezar el proceso con la administración exhaustiva de cuestionarios escritos, evaluaciones subjetivas (determinando la reacción de los pacientes ante los acúfenos) y una entrevista personal.
Como ya se ha comentado anteriormente, existe una estrecha relación entre los acufenos y el estrés. De tal forma que un incremento del estrés aumente la percepción del acúfeno y viceversa. La música es un condicionante directo del estrés ya que puede producir cambios disminuyéndolo e incrementando nuestra relajación, gracias a la activación de diferentes estructuras del sistema nervioso central (cerebelo, lóbulo frontal, sistema límbico y corteza auditiva)
Los estudios muestran que el uso de música previamente grabada puede tener restricciones sobre la reducción del estrés, debido al hecho de que la música ya conocida puede evocar recuerdos y emociones potencialmente negativos y generar una distracción no deseada. Una alternativa a la música pre-grabada que incorpora los beneficios de la música pero que evita estas potenciales limitaciones es el empleo de los tonos fractales. La tecnología fractal garantiza que no aparezcan cambios repentinos en la tonalidad ni el tiempo, además de tener propiedades de no repetirse nunca, con lo que es imposible de memorizar y de esta manera evocar recuerdos potencialmente negativos. La generación de estos sonidos de acuerdo a las características auditivas del individuo y su emisión de forma discreta pero en alta fidelidad puede ayudar en el manejo de la hipoacusia y del estrés asociado al acúfeno.
Tyler, R. S., Deshpande, A. K., Lau, C. C. y Kuk, F. (2017).
Johansen, J. D., Skellgaard, P. H. y Caporali, S. (2014).